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Los retos de clase política mexicana

Víctor Barrera 

El panorama político del país ha orillado a la creación de dos bloques políticos y una tercera alternativa, lo que muestra que los mexicanos poco hacemos para que nuestros políticos en verdad sirvan a las necesidades de la gente y no solo obedezcan al interés de un pequeño grupo de personas que son las “cúpulas partidistas”, esos que llevan muchos años en cargos de elección popular, pero poco han hecho para transformar a México y colocarlo en el sitio que debe estar, por sus riquezas naturales y el potencial de su población para competir con cualquier persona o ración. 

Esto queda demostrado por el lugar que sigue ocupando nuestro país, calificado aun como una economía emergente y no se llega a consolidar como una potencia económica. 

La cultura política del país solo se ciñe a que si estas dentro del sistema, puedes obtener muchas ventajas y no a que si estas dentro del sistema puedes hacer el cambio para el beneficio de mucha gente. 

Por ello, esta contracción política, solo nos muestra por qué nuestros políticos cambian de ideología y color partidista como si fuera una moda y no la parte fundamental para detonar un cambo real al país hemos visto a cientos de políticos que en un año son totalmente revolucionarios, institucionales, o son de izquierda o derecha, pero nunca los hemos visto buscar un cambio en beneficio de la gente. Esto hace que la gente se desanime de participar en la política y lo peor que simplemente deje pasar a esos políticos que toman esta posición únicamente para afianzar riquezas y privilegios. 

Cuando nuestra “clase política” busca el voto de la gente es para alcanzar esos cargos públicos que los benefician a ellos y no a la gente que les apoyo para conseguir el objetivo, y así vemos que sean cran clanes y familias en la política mexicana. Donde desde el patriarca o matriarca, se empiezan a generar las circunstancias para que su descendencia pueda seguir disfrutando de ello. 

Familias donde la gran parte de ellos son “políticos”, que aun cuando no entiendan la esencia de ello, si entienden que es conseguir beneficios que solo cuestan ofrecer una infinidad de promesas, que jamás se cumplen y que les permiten navegar durante años dentro del presupuesto público, por eso esa vieja frase, “vivir fuera de presupuesto es un error”, máxima que todos los políticos tienen presente y por ello, una vez que han alcanzado un puesto público no lo sueltan y cambian de puesto o partido político para mantener ese privilegio. 

En estos tiempos donde la democracia nos ha permitido conocer varios regímenes políticos, sabemos que “nuestra clase política” poco ha hecho para evolucionar, porque se conforman con mantener sus privilegios y no cambiar y modificar al país, porque es más fácil cambiar de principios que de forma de vivir. 

Es decir, entienden que los principios se basan simplemente en buscar mantenerse dentro de la política y si es necesario cambiar de ideología política, como de religión lo hacen. 

Por ello es que trabajan para modificar nuestras leyes y mantener esos privilegios, se trata de hacer todo lo posible y hasta corromper nuestra Carta Magna a favor de conseguir la “reelección” un principio fundamental que hasta hace pocos años era fundamental en nuestra vida democrática. 

Poco les interesa que cada día violenten las leyes que ello crean, porque es mejor modificarlas leyes que alinearse a ellas. 

Incrementar la poca participación política de la gente es su mejor arma para mantener en el poder, porque entre mayor apatía a la política les permite mantener en esas cúpulas que crean al interior de sus partidos políticos y con ello mantener sus beneficios de ser esa “clase política” que también violentas sus estatutos y reglamentos de partido. 

Aun no entienden que la gente se organizópara la marchar en defensa del INE y no de los partidos políticos. Porque la gente quiere una verdadera democracia, donde existan las leyes suficientes para poder despedir a aquellos servidores públicos que no cumplen con su labor sin tener que esperar otros comicios. 

Donde se pueda sustituir a un senador o diputado, porque lo único que hace es levantar la mano sin saber que con ello perjudica a sus electores, o sustituir al propio presiente de la república, porque nos lleva a un escenario negativo para el país o gasta los recursos públicos como si el fuera dueño de ellos. 

Que cada funcionario público rinda cuentas no al presidente, ni a los legisladores, que en verdad lo haga hacia la gente, pero con hechos y no palabras. Que la gente pueda percibir que su trabajo si reditúa en la mejor calidad de vida de los mexicanos. 

Que no se escuden bajo la sombra del Congreso de la Unión donde de 500 diputados federales y 128 senadores, una minoría solamente sea quien trabaje a favor de los cambios necesarios en el país. 

Es por ello que esta clase política tiene el reto de aceptar la participación ciudadana, de llevar conocer sus problemáticas y necesidades para entrarles solución. 

No es difícil el reto, lo difícil es que tengan la voluntad de realizarlo. 

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