De memoria

Carlos Ferreyra Carrasco
Dicen las inefables noticias oficiales que el general corrió raudo y veloz tras el malvado cuya delito no fue mencionado..
Pero el entorchado lo seguía a campo abierto, quizá entre surcos, acompañado por cuatro uniforados color gris rata.
El malechot se detuvo tras un árbol, disparó y adiós mi general. Otros disparos y fueron heridos los acompañantes
Pero ¡oh, manes macuspanos! Lo que no pudo la bala, lo hizo el brazo poderoso de quien lanzó la granada que terminó relativamente feliz el episodio
Doloroso el fallecimiento del jefe castrense, y abatido el asesino, ya no habrá que culpar al Cártel Jañisco, a mi paisa El Mencho y no habrá que temer represalias ni venganzas sangrientas. Volverán la paz y los abrazos.
Por repetido lo saben hasta los niños de biberón: el que berrea primero impone la agenda y el que no chila no come.
Sin datos fehacientes ni comprobables, antes de que el Peje soltara sus tartajeantés dogmas, la señora Cheimbaun ya había lanzado el clamor: ¡Eran un millón 200 mil!
Nadie se molestó y no hubiese hecho caso, que en él Zócalo no caben ni 200 gentes y si lo dudan, pregunten a Rogelio Hernández López, él los contó.
Como prueba incontrovertible afirman que la caminata duró seis horas. Me temo que la Danza de los Viejitos en la zona lacustre de Michoacan dura más o menos lo mismo.
Admita ose, heroico de esta auténtica marcha de los ancianos. Platicanque el Pigmenio se fue de fauces agotado, contra un vehículo. Los reportes hablan de hocico citan que en la insuguración de la central Avionera se fue de nalgas, textual.
Los que quieren lucir su poderde observación, llaman la atención a una mirada siempre fija en no se sabe dónde y unos ojos con orlas en rojo. Testimonio de desvelos laborales y no sean malpensados.
Por allí aparece un nuevo Damián Alcázar, rostro limpio, exultante porque se sabe del brazo cob el poder
Y debe ser, protagonista de un solo argumento repetido tres veces, las tres con éxito, para adornar.o lo presentan como el Padre Amaro y el actor de Amores Perros.
Gael García Bernal emprende su propia marcha a La Villa para reclamar a la Reina del Tepeyac la difusión que considera castigo.
Escenas de sufrimiento en los rostros avejentados de los peregrinos y evidente desfallecimiento del ser adorado, acabó el circo sostenido por el poder del poder.
Revisión médica y reposo, fue la conclusión para el que detetminó que ante el pueblo necio, sólo su voluntad priva.
El incomprobable número de asistentes sólo podría constatarse en las billeteras de quienes contrataron los transportes, tasados en 20 mil pesos promedio.
No llegan a denunciar porque “les va más pior”, fue la amable amenaza contra quienes facilitaron vehículos, pagaron extra a los operadores y auxiliares y además tuvieron que pagar la gasolina.
A la salida a Puebla la corrediza nocturna de los ataúdes rodantes era impresionable. Eran cientos pero nunca los miles anunciados.
Nada qué oponer al alarido de la Clau, aún si fueron ese número arrastrados a fortiori de sus lugares de residencia, siguen siendo menos que los capitalinos marchantes.
Y no hablemos de las manifestaciones en ciudades importantes del país.
Pero el que grita primero, grita dos veces, paráfrasis boxística…