De memoria
Carlos Ferreyra Carrasco
El tiempo pasa y cada día son más claras las definiciones del desgobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Con la concentración de la inservible Guardia Nacional bajo los aguacates de los correlones del Ejército, se garantiza la concentración de todo armamento legal bajo un solo mando.
Enfrente, los narcos inclusive con armad más modernas, participando en el reparto territorial.
Zonas de Jalisco para arriba, quizá de Michoacan y Guanajuato, absolutamente vedadas para las fuerzas del orden, allí sólo truenan los chicharrones de las grandes empresas narcas.
Las principales, el Cártel Jalisco Nueva Generación, que presume una fuerza armada de tres mil hombres, periódicamente desfilan uniformados y exhiben artefactos de gran calibre.
La otra, el Cartel del Pacífico, cuya actuación en Sinaloa para impedir la captura de Ovidio, aterrorizó a los militares cuyas familias fueron bloqueadas y amenazadas mientras camiones de redilas, con planchas de acero en la caja, circulaban mostrando las metralletas antiaéreas calibre 0.50.
Los demonios verdes ya lograron el control de fronteras, hoy les entregan las aduanas y la administración de los aeropuertos. De hecho, el país, sus habitantes nos encontramos secuestrados y bajo el poder absoluto ya ni siquiera de un solo hombre, sino de los mandos castrenses.
En esta guerra singular los cuerpos civiles de seguridad no cuentan y de cierta manera caen en preceptos legales que los colocan también al amparo de los aguacates.
Previsible para el sexenio siguiente, ante el poderío total de la Defensa, que no permitan un cambio de mandos en el Gobierno. El actual “comandante supremo” garantiza además de incontables recursos, la inmunidad e impunidad sin importar delitos o transgresiones.
Como antecedente, se logró negociar la repatriación del anterior titular de la Defensa, preso y acusado por autoridades estadunidenses, de delitos como trafico de drogas, asociación con cárteles, lavado de dinero y otros muchos crímenes de diversa gravedad.
Se logró su regreso a México con el compromiso de someterlo al imperio de la justicia, lo enviaron con miles de folios conteniendo los resultados de las investigaciones. Hoy, libre, va a Oaxaca a repartir tlayudas durante la Guelaguetza. Feliz e impune.
La Marina, capacitada en el norte y con campo de adiestramiento supervisado por autoridades gringas, ha sido virtualmente anulada. Ha mostrado eficiencia en el combate a las drogas y cierta honestidad en el manejo de puertos.
Eso se acabó porque en ambos rubros sólo actuará el mando militar, cuyo brazo ejecutor de acuerdo con el anuncio del mandatario, será la Guardia Nacional.
En la gráfica adjunta, el siempre cachondo autor de la política de abrazos y no balazos, mensaje mal interpretado por la delincuencia organizada, y la alcalde de Tijuana cuyo nombre no vale la pena mencionar.
Entre los dos se logra precisar la praxis social del régimen, las balaceras sólo se aceptan de allá para acá y el cobro de piso y otras extorsiones son admitidas con la condición de que los malos no se metan con los ciudadanos.
Mas claro, la mujer en una intervención pública rogó a la delincuencia organizada que castigue a quienes no cumplen con los pagos que les imponen, pero sin que deban afectar a quienes cumplen con esas gabelas…
