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COLUMNAS

El Distrito Federal No Ha Muerto, Está Herido

A L F A   O M E G A

JORGE HERRERA VALENZUELA

LA “CUARTA OLA” DE LA PANDEMIA, ESTÁ ENTRANDO A MÉXICO

Recuerdo permanentemente a Jacobo Zabludowski porque él no aceptó el cambio de nombre de avenidas y calles de la Capital Mexicana. Decía que la avenida San Juan de Letrán, seguiría siendo para él, la avenida San Juan de Letrán, no el Eje Central Lázaro Cárdenas. Somos muchos los que mantenemos la costumbre de referir el nombre de Distrito Federal, en lugar de Ciudad de México. Inclusive en la nomenclatura de las calles aparecen las palabras “Zona Postal”, “Delegación tal” y “D.F.”.

Tal vez por la austeridad republicana no se presupuestó el cambio de las placas respectivas, porque ya pasaron muchos meses que, con base en la Constitución Política Local, jurídica, legal y constitucionalmente, no debería mantenerse el papel membretado oficial con la denominación de Distrito Federal. Como dicen nuestros paisanos norteños, ¿Qué pues, hay o no hay Distrito Federal?

La mejor respuesta es que sí y que no. De acuerdo con la reforma constitucional de enero de 2017, el Distrito Federal desapareció y su nuevo nombre es Ciudad de México, pero si los Poderes de la Unión salieran de su sede que data de 1824, dejará de ser la Capital Mexicana y se convertiría en el Estado Ciudad de México, por ahora será “entidad federativa, autónoma”. Durante la invasión norteamericana en 1847, el presidente Manuel Peña y Peña trasladó el despacho a la ciudad de Toluca; Benito Juárez fue Presidente Itinerante en la etapa del imperio de Maximiliano y Venustiano Carranza eligió, como sede del Poder Ejecutivo,  el Puerto de Veracruz. En uno de esos viajes fue asesinado, en mayo de 1920, cuando se desarrolla la campaña de sucesión presidencial. Álvaro Obregón presionaba al Varón de Cuatro Ciénegas.

HACE 197 AÑOS “NACIÓ” EL D.F.

Los integrantes del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo (Calle del Carmen y San Ildefonso, actualmente) y los diputados del Congreso Constituyente, reunidos precisamente en el convento que después fue sede de la Hemeroteca Nacional, dependiente de la UNAM, firmaron el Acta Constitutiva del Distrito Federal. Fue el jueves 18 de Noviembre de 1824, un mes 8 días después de erigir a los Estados Unidos Mexicanos.

En ese documento quedó establecido que el Distrito Federal, sería la sede de los Poderes de la Federación. Meses antes había terminado el efímero imperio de Agustín de Iturbide que dio paso a los triunviratos de gobierno hasta ser elegido el general Guadalupe Victoria. Quedó acordado que la Plaza de la Constitución sería el punto principal de la Capital Mexicana, con un radio geográfico de 8,380 metros, sitio que desde tiempo precolonial fue la sede de la lacustre Tenochtitlán.

El D.F. ha tenido Gobernadores, Prefectos (en la época del centralismo impuesto por el santaanismo, 1837-1843) y Jefes de Gobierno. El primer gobernador fue el general queretano Manuel Gómez Pedraza, del 18 de noviembre de 1824 al 25 de noviembre de 1825. Siete años más tarde y por un lapso de 4 meses fue Presidente de México.

Lo sucedió el general orizabeño José María Tornel y Mendivil, cuatro veces más ocupó el cargo en distintas fechas, diplomático, 14 veces titular del Ministerio de Guerra y Marina con diferentes presidentes y secretario particular del presidente Guadalupe Victoria. En otra ocasión comentaré con amplitud la vida de este ilustre mexicano que rompía los corazones de las jovencitas.

Y, ¿qué les comento? De acuerdo con el texto de la Constitución Política de la Ciudad de México, al titular de la dependencia no debe llamársele Jefe de Gobierno sino Jefe del Ejecutivo Local. Los Delegados Políticos, ahora son flamantes Alcaldes y cuentan con el apoyo de 10 concejales y el mero mandamás capitalino puede nombrar al secretario de Seguridad Pública (jefe de la policía) y al Procurador (hoy Fiscal) General de Justicia, sin intervención presidencial.

En el gobierno del académico, jurista y escritor José López Portillo y Pacheco y jefe del Departamento del D.F., profesor Carlos Hank González se crea el Centro Histórico de la Ciudad de México que abarca una amplia superficie en la denominada Zona de Monumentos Históricos, a partir del Zócalo, la Plaza de la Constitución, cuyo nombre fue con motivo de la Constitución de 1812, promulgada en Cádiz, España, y el virrey de Nueva España era Félix María Calleja.  

Y LOS CAMBIOS… ¿PARA QUÉ?

En el sexenio del hoy senador Miguel Ángel Mancera Espinoza dejó de ser jefe de Gobierno del Distrito Federal el jueves 29 de junio de 2016 y pasó a serlo de la Ciudad de México, luego de una ceremonia en Palacio Nacional, durante la cual el presidente Enrique Peña Nieto firmó el documento correspondiente, aprobado por la Asamblea Constituyente en la que estuvieron el Decano de los Legisladores Mexicanos, el licenciado don Augusto Gómez Villanueva y las Ministras en retiro Irma Cué Sarquis y Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila.

La pregunta que nos hacemos miles de capitalinos, originarios y residentes, es cuál cambio se operó al suprimir la denominación Distrito Federal por la de Ciudad de México. En 1997 la Capital de la República sufrió otro cambio, al determinarse que el jefe de gobierno fuese electo por la ciudadanía. Han sido electos cuatro y tres interinos, todos del PRD. En la actualidad la jefa de gobierno del PRD pasó a Morena. Tampoco se notan cambios en la forma en que trabajan los gobiernos.

Hacer cambios de nombres es un gasto inútil. Millones de pesos en papelería, millones de pesos en pintura de los colores del partido en turno. ¿Dónde están las obras materiales para solucionar los problemas viales? ¿Cada vez es más grave el abastecimiento de agua potable? El combate a la inseguridad es nulo. Hay asaltos y robos a todas horas del día. Los policías eran preventivos, a otros los especializaban para atender el tránsito vehicular. En calles, avenidas, calzadas citadinas, los asesinatos se cometen a la luz del día. El papeleo y los trámites son cada día más complicados en la mayor parte de las oficinas.

Así pues, nuestro añorado Distrito Federal sigue latente, le cambiaron ropaje, pero no lo maquillaron, está despeinado, triste y no agoniza, pero está herido y ya ni en el Hospital Rubén Leñero lo quieren atender.

RENATO LEDUC, TELEGRAFISTA 

En el Siglo XX uno de los articulistas, columnistas y poetas más celebrado, leído y comentado, fue, sin duda alguna Renato Leduc, de quien nunca supimos su apellido materno. Tlalpeño nacido el 16 de noviembre de 1897, antes dedicarse al periodismo participó como telegrafista de la División del Norte, a las órdenes de Pancho Villa. En los días de la invasión norteamericana de 1914, era telegrafista en el Puerto de Veracruz. Sus relatos sobre lo vivido, nos dejaban impactados. Estuvo siete años en París, comisionado o becado, relacionándose con todos los artistas, periodistas e intelectuales. Conoció a Leonora Carrington y viajaron a Nueva York, donde convinieron en casarse para que ella pudiera quedarse en América.

Renato presumía haber viajado en ferrocarril, en camión, en aeroplano y montado a caballo. Cierto era mal hablado, pero no ofensivo. Claridoso como él solo. Lapidario en su columna diaria “Banqueta”, en primera plana de Últimas Noticias 1ª. Edición, de Excélsior. Escribió varios libros, hizo inspirados poemas como cuando lo retaron a componer uno con la palabra tiempo. Tardó tres años, allá por los treinta, para terminarlo. Lo musicalizaron y lo canta Marco Antonio Muñiz e hizo una grabación a dúo con José José. Al principio, Renato manifestó su desagrado y pasados los días, no le quedó más que aceptar porque la canción se hizo popular.

La entrañable amiga y publirrelacionista Rosalba Fernández de Córdova nos integró en un grupo encabezado por Renato, para reunirnos frecuentemente a comer en un restaurant de la avenida Madero. Íbamos Antonio “El Charro” Sáenz de Miera, Vicente Colunga, Pedro Ocampo Ramírez, Guillermo Jordán, entre otros. Las tertulias se alargaban con los coñaques. Era el joven del grupo y aprendí mucho de mis colegas mencionados.

EL MAESTRO LOMBARDO TOLEDANO

De los mexicanos más cultos, sencillos, amigo de la juventud, protector del sindicalismo, escritor, orador y controvertido político, conocí al nacido en Teziutlán, Puebla, Vicente Lombardo Toledano. En sus 74 años de vida (murió el 16 de noviembre de 1968), destacó en todos los ambientes donde estuvo, desde el grupo que fue conocido como Los Siete Sabios, además del maestro Lombardo, anote a: Manuel Gómez Marín, Alfonso Caso, Antonio Castro Leal, Jesús Moreno Baca, Teófilo Olea y Leyva y Alberto Vázquez del Mercado.

A los 29 años de edad, en 1923, durante 130 días fue gobernador interino de su natal Puebla. Como diputado federal, excelente tribuno, orador que destilaba cultura y en 1952 fue candidato presidencial abanderado de su partido político, el Partido Popular; compitió contra Miguel Alemán Valdés y Ezequiel Padilla Peñaloza.

Estuvo al lado del presidente Lázaro Cárdenas e influyó en varias decisiones del michoacano, aunque no estuvo de acuerdo con el lanzamiento del poblano Manuel Ávila Camacho, porque él apoyaba a otro militar michoacano, Francisco J. Múgica Velázquez. En el cardenismo funda la Confederación de Trabajadores de México, la histórica CTM, siendo su primer líder de 1936 a 1941.

En lo académico, el polifacético Lombardo Toledano fue director de la Escuela Nacional Preparatoria No. 3, UNAM. Fundó la Universidad Obrera. Su poder de convocatoria lo tuvo al impartir sus conferencias en el Instituto Politécnico Nacional. Lideró internacionalmente el sindicalismo. Quienes tuvimos oportunidad de escucharlo y platicar con el teziutleco, aplaudimos que el gobierno decretara inhumarlo en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en julio de 1994; no se daba el cambio de nombre a la Rotonda.

RECORDANDO A DIEGO

El muralista guanajuatense antirreligioso que nació un 8 de diciembre (1886), día dedicado a la Santísima Virgen de la Concepción, lo conocimos como Diego Rivera, fue bautizado con largo y católico nombre: Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez. Por su obra revolucionaria en la pintura recibió el merecido reconocimiento oficial y sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, desde el 24 de noviembre de 1957, después del homenaje que se le rindió en el Palacio de Bellas Artes. Su tercera esposa fue Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, cuyas cenizas están en donde nació y murió, La Casa Azul, en Coyoacán, D.F.

Comentar en torno al hombre que dejó sus huellas artísticas en los muros de la Escuela Nacional Preparatoria, en el edificio de la Secretaría de Educación Pública, el mural en la pared poniente, frente al patio central, de Palacio Nacional y el que se convirtió en itinerante desde el terremoto de 1985 que originalmente estuvo en el Salón Versalles del Hotel del Prado. “Una tarde Dominical en la Alameda Central”, mural polémico porque a Diego se le ocurrió pintar en un espacio la frase “Dios No Existe”. La reacción nacional provocó que aceptará eliminarla.

P.D. El 26 de noviembre de 1783 el francés Louis Sébastien Lenormand fue el primer ser humano que experimentó el paracaidismo, al lanzarse de un primer piso utilizando un paraguas; antes hizo pruebas lanzando pequeños animales sujetos a un paraguas. El osado pionero tenía 28 años de edad y era un reconocido químico, físico, inventor y religioso católico…En las crónicas aparece como el primer paracaidista en el mundo, otro francés de nombre Andrés Jacques Gamerin, quien fabricó el primer paracaídas de seda y lo utilizó el 22 de octubre de 1797 en el Parc Monceau de París. El salto fue de 2,430 metros de altura….Un año después, su esposa Jeanne Genevieve se convirtió en la primera paracaidista, en la historia del paracaidismo. Su sobrina Elisa entre 1815 y 1836 realizó 40 saltos, según la ficha respectiva.

jeherrerav@live.com.mx

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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