Víctor Barrera
Morena y sus aliados ganaron la batalla del presupuesto de egresos y con ello se dio el último manotazo para demostrar que el Poder Legislativo, en su mayoría, está bajo las órdenes y la obediencia ciega a un solo hombre.
Que no hay ninguna propuesta que pueda pasar, hasta ahora, ante lo que pide este hombre, aun cuando vaya de por medio el futuro cercano de millones de mexicanos.
Esta mayoría de diputados federales, dejo de lado las peticiones de la gente que pide empleos y mejores salarios para sacar adelante su economía familiar, los legisladores de la llamada coalición “Juntos Haremos Historia”, no entendieron que este es el momento que se debe ocupar para fortalecer todos los sectores productivos para crear la riqueza necesaria y no esperar a que llegue algún otro evento inesperado para volver a reaccionar.
México requiere establecer un verdadero y fortalecido sistema de salud, donde no exista la falta de medicamentos, que haya médicos y personal suficiente para atender a la gente e infraestructura y tecnología para poder llevar a cabo su labor.
México requiere de una industria fortalecida y modernizada tecnológicamente, para poder ofrecer los empleos que se requieran y se pueda absorber a los jóvenes recién egresados de las universidades que impidan que estos se ocupen en otros empleos sean precisamente para lo que estudiaron.
Y esto solamente se puede conseguir aplicando los recursos suficientes para fomentar la instalación de empresas capaces de ofrecer estos empleos, debemos resaltar que la iniciativa privada ofrece más del 75 por ciento de todos los empleos creados en el país.
México requiere de un sector primario que produzca los alimentos que no solo sean los suficientes sino también que se puedan exportar, para traer beneficios económicos a la gente que trabaja este sector, y evite la migración hacia las ciudades o hacia el país vecino del norte.
México perdió entonces a mayoría de sus representantes populares, quienes a cambio mantener una carrera política obedecen y aprueban sin analizar o cambiar nada las decisiones y ocurrencias de un solo hombre.
Además, México pierde la capacidad de seguir avanzando en una democracia, que incipiente, había demostrado que el voto y la voz de la gente cuenta, que se quiere dialogo y mediana en las decisiones a favor de la gente y no de una ideología política.
México pierde el avance que se había construido durante más de veinte años, que permitió a la sociedad crear organismos capaces de vigilar y sancionar a los funcionarios públicos que cayeran en errores fatales para el desarrollo del país.
México, por lo menos en los tres años pierde el ejercicio de poder modificar las leyes constitucionales a favor de un desarrollo del país.
Por lo que ahora, para realizar estos cambios que estaban en puerta, la legislación electoral y la referente al sector eléctrico, que tendrán que esperar por lo menos hasta el próximo sexenio para evitar suspicacias por la compra de voluntades a través de dinero o por amenazas jurídicas.
