Eduardo García Anguiano
De nuevo en Michoacán resurgen las autodefensas, un fenómeno legítimo pero ilegal.
Un grupo de civiles armados autodenominado Pueblos Unidos avanzó al municipio de Ziracuaretiro, con el propósito de extender su influencia en zonas del centro de la entidad federativa. Los miembros de este grupo portaban fusiles AK-47, rifles AR-15 y pistolas de diversos calibres.
Según las propias afirmaciones de quienes comandan a este grupo surgido en Ario de Rosales, buscan blindar todos los municipios colindantes donde se produce aguacate y donde los productores de este fruto padecen las extorsiones de la delincuencia organizada.
Aproximadamente 300 hombres armados con armas de grueso calibre y rifles de alto poder recorrieron brechas y caminos vecinales desde Ario de Rosales hasta Ziracuaretiro para declarar este municipio “libre de crimen organizado”.
Es pertinente recordar que Pueblos Unidos surgió para expulsar a los delincuentes de Ario de Rósales, Salvador Escalante, Nuevo Urecho y Taretan.
https://www.youtube.com/watch?v=CSH2Ja0p9XM
Actualmente este grupo es integrado por los propietarios de huertas de aguacate, mango y guayaba; además de Ziracuaretiro, ya tienen influencia en otros municipios como Pátzcuaro, Acuitzio y Quiroga, según sus declaraciones.
Al igual que en anteriores momentos, las autodefensas surgen por la ausencia de las fuerzas de la ley, con el argumento de que no se ve su actuación para controlar a la delincuencia organizada.
Las razones pueden ser legítimas, sin embargo, la respuesta es ilegal pues se configuran diversos delitos del fuero federal, como lo muestran las imágenes públicas en diversos medios de comunicación.
Las autoridades federales encargadas de la seguridad están obligadas a llevar a la justica a la delincuencia organizada y a neutralizar a las autodefensas.
El político español Enrique Tierno Galván expresó: “El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla”.
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