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El gas LP otro problema que requiere soluciones concretas y no ocurrencias  

Víctor Barrera  

Sin duda debe reconocerse la preocupación de Andrés Manuel López Obrador sobre el tema del gas LP, porque este es uno de los factores principales que imprimen presión en cuanto al nivel de inflación que mes a mes muestra niveles altos, en un país con poco crecimiento económico.  

Sin embargo, es sorprendente la forma en la cual, López Orador, intenta ofrecer soluciones ocurrentes a problemas que tienen salidas sencillas como el aplicar políticas económicas a favor de un mercado más competitivo y mantener a los organismos de supervisión que realicen ese papel, mientras que las secretarias de estado fomentan la participación de todos los sectores productivos a favor del crecimiento económico de México.  

La más reciente, de esas ocurrencias, es la creación de una empresa distribuidora de gas LP, que se denominará Gas Bienestar, y que tendrá el objetivo principal de hacer llegar este insumo a la casa de los mexicanos en costos totalmente accesible y sin demora.  

Con esto López Obrador pretende disminuir el costo del energético que en poco más de un año, se ha incrementado, en el mejor de los casos un 30 por ciento, algo que lastima de manera directa la economía de los mexicanos que menos tienen.  

Solución simple, chambonas dirán algunos, a problemas que implican otras soluciones y verdadera capacidad de estadista para resolver, no solo se trata de mantener popularidad o el aplauso   fácil, porque esto podría convertirse en problemas mayores en el corto y mediano plazo.  

De ser así volveríamos a la década de los 70 del siglo pasado, donde se pretendió convertir al Estado mexicano como el principal productor y proveedor de una diversidad de productos, pero que en el corto plazo fue el caldo de cultivo ideal para la corrupción, el “agandalle” por parte de funcionarios públicos y la creación de empresas proveedoras que fueron enriqueciéndose a costas de las necesidades de la gente.  

Entonces no podemos caer nuevamente en la tentación de crear empresas públicas cada vez que un sector tenga problemas; entonces pronto veremos las Tortillerías Bienestar, o Purificadoras de Agua Bienestar, otro problema que empieza a levantarse, pero para ello se necesitan recursos, los cuales hasta ahora no se cuenta con ellos.  

La historia nos ha mostrado que el estado no es un buen empresario y el más reciente ha sido la empresa encargada de distribuir medicinas denominada  Birmex, que a la fecha ha salido tan caro y complicado su funcionamiento que mejor han hecho alianzas con distribuidoras regionales.  

O la compra de pipas para distribuir gasolina y con ello evitar el huachicol, que aún persiste, en el país, hasta el momento ambas empresas han fracasado.  

El Estado está para ser rector de la economía, distribuir los recursos  públicos para crear mejores servicios que regresaran estos recursos con el adecuado cobro de ellos, para aplicar gastos sociales que mejoren la calidad de vida de la gente, en cuanto a su educación académica, capacitación laboral, salud  tener caminos que mejores la vialidad y viabilidad social, pero  no puede  sustituir la labor que las  empresas privadas realizan a través de concesiones y permisos que cobra el estado a favor de aumentar recursos públicos.  

El Estado tiene el objetivo de crear las condiciones favorables en una apertura de mercado que permita la competencia leal y que termine ofreciendo productos de alta calidad a precios bajos y no entrar a la competencia, porque entonces, repito, la corrupción y otros vicios salen a relucir.  

El Estado también tiene que echar mano de organismos autónomos supervisores, en este caso la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), para regular los precios de los productos y servicios que ofrecen las empresas  

La Cofece, que preside Alejandra Palacios, realiza una investigación para determinar si las empresas gaseras o las empresas distribuidoras han hecho realizado acciones de colusión para dividirse el mercado y establecer precios altos del producto, de ser así, las empresas o sus distribuidoras tendrán que sufrir sanciones de acuerdo a la violación de normas o leyes    que hayan cometido.  

Todos sabemos que muchas empresas distribuidoras dividieron el mercado desde hace varios años y para determinar sus terrenos lo hicieron a través de pintar los cilindros de gas de un color determinado y con ello evitar la intromisión de otra empresa en cada territorio. Sin embargo, esto ya llego la limite y si una persona acude a la colonia vecina para comprar un cilindro, de costo menor entre 10 o 15 pesos, no lo puede hacer porque cuando el camión distribuidor le venda nuevamente el cilindro no le aceptara uno de distinto color, lo que significa que deberá comprar un cilindro “nuevo” del color que se vende en esa colonia.  

Debemos recordar que, en marzo del 2021, la Cofece emplazó a gaseras evitar esas prácticas comerciales e inicio la investigación y si se llega a determinar una colusión, pueden multar a estas empresas por hasta el 10 por ciento de sus ingresos anuales.  

Entonces  si existen soluciones adecuadas para evitar que el estado realice gastos inadecuados u orinen empresas que poco servirán en tiempo y se convertirán en “caja chica” de muchas personas al paso del tiempo, algo que saldrá más caro  

La propuesta de la misma Cofece radica varios puntos para resolver el problema  

 1.- Fomentar la venta de cilindros de gas LP en tiendas de autoservicio o gasolineras;  

2.- Vende gas LP a la población vulnerable, pero no mediante Gas Bienestar, sino a través de licitaciones públicas para obtener el mejor precio y trasladarlo a los diferentes puntos del país;  

3.- Facilitar la instalación de plantas de distribución para que el cliente se lleve su gas en recipientes transportables o portátiles, y  

4.- Contar con el presupuesto necesario para sustituir el gas LP por gas natural en varias entidades federativas.  

De tomarse en cuenta estos puntos el gasto será menor y lo realizarían las empresas privadas, de lo contrario solo seguiremos escuchando ocurrencias en busca de popularidad y no de verdaderas soluciones.

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