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Seguimos en la ruta de un sexenio perdido 

Víctor Barrera 

 

Concluyó el primer semestre de este año y el gobierno federal no ha dado muestras de establecer políticas públicas que incentiven el desarrollo económico del país a favor de sus pobladores y principalmente del grupo de atención, así ha insistido en subrayar López Obrador, los  pobres. 

 

Quizá porque el número de ellos, desafortunadamente, sigue incrementándose, algo que más allá de preocupar le conviene al proyecto de la 4T, porque mientras la gente se ocupe cada día en tratar de cubrir sus necesidades básicas, como alimentación y el sustento de sus hogares, poca atención pondrán en la falta de estas políticas públicas. 

 

López Obrador a lo largo de estos seis meses ha encontrado las excusas suficientes para evitar hablar del incremento a la inflación, los altos niveles de desempleo y la falta precisamente de creación de empleos. 

 

Así como patear el bote, López Obrador ha eludido sus responsabilidades y durante las conferencias matutinas solo ha realizado lo que más le interesa mantener, una división de la población, que le permita llegar al 2023 con la fuerza suficiente para que el candidato de su partido, Morena, sea el triunfador de los comicios presidenciales. 

 

Es por ello que, en esta primera parte del año, no ha mostrado alguna estrategia para que el crecimiento del país se fundamente en el fortalecimiento interno y solo espera que el crecimiento económico de Estados Unidos empuje al nuestro, lo que ha sido hasta ahora efectivo, pero el crecimiento que tendrá al final del año la economía mexicana será dispar y solo algunos sectores se verán beneficiados mientras que otros, la mayoría seguirán en espera de ello. 

 

Entonces a pesar de alcanzar un crecimiento del 5 por ciento la mayoría de la población se mantendrá en niveles de pobreza porque la inflación, es decir el costo de los productos en general, mostrará un nivel similar, por lo será nulificado este incremento económico y los hogares mexicanos tendrán que pagar más por sus productos, básicos y no. 

 

Muchos esperábamos que este año el gobierno empezara a aplicar políticas públicas para el fortalecimiento de  los agentes económicos que permitieran  recuperar los empleos perdidos y aun más para absorber la mano de obra que cada año se incorpora en México, que el esquema de vacunación tuviera el ritmo adecuado para que al final del mes de julio  o el próximo agosto,  más del 70 por ciento de la población estuviera vacunada contra el virus del covid, pero esto no ha sucedido. 

 

En lugar de todo esto hemos visto como ha crecido el número de contagios y la posibilidad de una tercera ola que podría volver someternos al confinamiento y cierre de sectores productivos. 

 

Reitero, el plan de recuperación económica sigue siendo depender de la recuperación económica de Estados Unidos. Es cierto que aún no sabemos con exactitud si las variantes del covid-19 lleguen a nuestro país y cuáles serán las consecuencias de ello, pero es importante  que ya se esté preparando la aceleración en la estrategia de vacunación para mitigar esos efectos, como lo sucedido durante mes de mayo previo a los comicios electorales, porque esto funciono como un elemento político y no sanitario. 

 

Pero es claro que el gobierno de López Obrador haya bajado la intensidad del proceso de vacunación una vez que el proceso termino y rindió frutos favorables para su proyecto ganando la mayoría de las gubernaturas en juego. 

 

La segunda parte del año, que mostrará una alta presión del índice de inflación, como consecuencia directa del incremento en los precios de los insumos básicos y productos llamados comodities para las empresas, se traducirá en despido de empleados para que estas empresas puedan seguir teniendo los fondos suficientes para comprar sus insumos y mantener su competitividad productiva en el mercado. 

 

Si el gobierno federal no reacciona de manera pronta y adecuada, volveremos a tener una economía por debajo de los niveles que teníamos en 2018, y pese a alcanzar el crecimiento del 5 por ciento, porque debemos recordar que, en el 2020, en términos generales la economía cayo por encima del 8 por ciento, entonces la verdadera recuperación se trasladará, como lo he señalado en varias ocasiones hasta el 2023 y tendremos todo un sexenio perdido. 

 

Un sexenio sin los cambios prometidos y que solo trabajo para la popularidad de López Obrador.

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