De memoria
Carlos Ferreyra Carrasco
Pensaba dejar un buen tiempo para comentar lo que vi y me consta de las elecciones en las que, dijo don Peje, salió ganando mientras PRI y PAN se refocilan en su triunfo, lo mismo que MC y hasta los Verdes que vieron aumentar su tarifa y el espectro de clientes para la tarea legislativa.
De plano, admitámoslo, no tenemos remedio. Nos distraemos alegremente porque el presidente López ya no podrá hacer con la Constitución un papalote. No tiene lo que llaman mayoría calificada.
¡Ah! López, el amo de los caminos excusados, ocultos o secretos, como guste el lector, publica en el Diario Oficial de la Federación la modificación en la Carta Magna, ordenada personalmente para extender el periodo presidencial de Zaldívar en la Suprema Corte.
Globito de ensayo, dicen unos, y seguramente lo es, porque habrán visto que López dejó de jeringar con una reelección. Pero, y eso recalcó, durante una visita a su tierra los trabajadores petroleros le pidieron que se reelija.
Y no, el plan es la extensión indefinida de mandato. Para eso será la consulta de revocación de su gobierno el siguiente año. Si la organiza el Instituto Nacional Electoral, López puede toparse con una desagradable sorpresa, pero no lo permitirá y realizará una de sus patochadas a mano alzada donde sin recuento ni registro de participantes, dará el resultado inapelable.
No necesitará en este caso modificar la Carta Magna pero de ser necesario, ya lo dijo: cuenta con el tricolor para alcanzar la mayoría calificada.
Penoso en verdad que los priistas hayan caído en tal forma. Hasta hoy no ha sabido ser una oposición digna de tal nombre, en su pragmatismo tradicional, sin una real ideología, carente de plataforma y de militancia tradicional, no es descabellado suponer que en vías de mantener el negocio vivo, los dirigentes se unzan a la carreta morenista.
Desde luego que en adelante importa la sucesión. Las cámaras constituídas deberán recomponerse con este único propósito en el que, dicho de paso, no hay un solo gallo frente a Morena que se da por ahora el lujo del descarte.
Sheimbaun, aseadora de vagones del Metro está en la lona porque perdió el bastión que le proporcionaba mayor número de municiones a López. Creo que el mandatario difícilmente volverá a levantar cabeza entre los capitalinos.
Marcelo Ebrard, además del pecado que ellos suponen oculto del derrumbe en el Metro, ha fallado gravemente en su tarea como Canciller. No logro impedir las sucesivas visitad imperiales de la CIA y de la Kamala que, lo aceptemos o lo disfracemos, vinieron a reorganizarnos.
Ya no habrá arbolitos para obtener visa y ciudadanía gringa. Pero sí hay una recomposición de la frontera común donde a conveniencia del vecino, se aplica un sistema total de vacunación.
De hecho no aceptan que cantinas, cabaretes y burdeles sean cerrados en perjuicio de las semanales diversiones de los habitantes del extremo sur yanqui.
Y más abajo, entre ignotos proyectos de desarrollo, se incrementa el apoyo económico y se refuerzan los equipos castrenses y policiacos para contener el alud migratorio.
Aquí hay algo que deberíamos saber y lo dice el memorándum de la CIA a Kamala: es un problema de seguridad nacional de Estados Unidos que busca así, impedir que terroristas y osotros bichos similares, usen nuestro territorio como simple tránsito para colarse en una frontera muy porosa.
De los suspirantes presidenciales de primera línea, queda vivo Ricardo Monreal, quien siguió el consejo Ebrardiano de tener paciencia hasta que el líder se ahorque solito.
Con obediencia perruna, ha ido cumpliendo todos los encargos, siempre en la modestia del servidor responsable. Así su premio es la gubernatura para un hermano acusado por la vox populi de estar relacionado con los narcos.
Y la colocación en tiempo y forma de quienes habrán de acompañarlo en su aventura hasta el Castillo de Chapultepec, futura residencia presidencial.
Ahora bien, insistan en que no podrá cambiar la Constitución. El único obstáculo que veo, es Monreal que ya se le queman las habas por extender su amplio poderío político.
