Carlos Ferreyra Carrasco
La vida suele brindar satisfacciones sin fin. La mejor, seguramente, relacionarnos con personajes destacados por sus valores espirituales, su cultura y el comportamiento ante sus semejantes.
Pocas veces y pocas personas logran tal fortuna, pero de acuerdo con la sabiduría popular, la que aplica y practica cotidianamente el reconocido pueblo sabio y bueno, cuando los bienes llegan, llegan a manos llenas.
No siempre se trata de cantidad, sino de la calidad que permite obviar la ausencia por ejemplo en un conglomerado de intelectuales, de los celebérrimos, ingeniosos y bien remunerados artistas del birome más conocido en México como bolígrafo y en los barrios, sencillamente Bic, que además no sabe fallar.
Ausentes también los hombres blancos y barbados que llegaron de lejanas tierras a enseñarnos a gobernar, aunque no hayan sido mencionados por nombre por el prurito de no resaltar lo externo cuando estamos exaltando nuestros valores nativos.
Lo mismo en la foto magistral están ausentes los autóctonos que viajaron a tierras lejanas a aprender teorías refutables. Lo nuestro, veámoslo así, comienza en ese histrión que hubiese sido la causa del retiro de la farándula para Chaplin, apabullado por el carisma, expresión religiosa, que destila por cada poro ése Damián Alcazar, protagonista de obras tan iguales que han merecido el reprisse a petición popular.
Dicho con claridad, creó el estereotipo del político pueblerino, ignorante y voraz, Layín sería el prototipo, tal como Chabelo fue devorado por un personaje. Nadie sabe quién es Javier López, pero es Chabelo.
Pero lo nuestro también está en nuestra hermandad con Centroamérica, la República de El Salvador con su capital donde se distingue el barrio mexicanos, bravo y agresivo.
De allá llegó el Pigmenio quien hizo fortuna, de ninguna manera educando a los televidentes, sino convirtiendo a los narcotraficantes en un ideal de vida, en el camino único reservado a los jóvenes mexicanos para aspirar a niveles superiores de existencia. Ellos y sus familias.
Las imágenes sangrientas durante las cruentas batallas en su país de origen, le dieron fama y muchos contratos con medios gringos. Después de todo sólo era sangre, aunque de sus connacionales.
En la gráfica que acompaña el texto, podemos apreciar en toda su grandeza a quienes son el ejemplo para la Nación.
México, creo en tí y en tus valores…
