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Tiritos al aire

Carlos Ferreyra Carrasco

Sufragio en efectivo, sí al continuismo y la reelección. Hubo tiempo en el que Patria tenía un significado real, en la escuela Primaria era tan importante el estudio de civismo como aritmética o lengua nacional que consideraba gramática y ortografía.

Allí nos desarrollamos bajo el precepto maderista del Sufragio efectivo; no reelección, y el pensamiento juarista de El respeto al derecho ajeno, es la paz.

Lo creíamos y así llegamos a la pubertad y transitamos a la adultez. Llegamos a pensar que ambos pensamientos iban más allá de concepciones políticas. Eran una filosofía de vida, distancias guardadas, como los postulados de cualquier religión.

Llegaron los tiempos modernos, esos que le merecieron una crítica al genio de Charles Chaplin. Los valores cambiaron y la política vocacional se convirtió en una forma más de obtener beneficios.

Hasta el momento actual en que en el espectro político nacional, los colores están mezclados y el panorama es negro. Las ideologías, tal como las instituciones, se fueron al Diablo, pensamiento acuñado, proclamado por quien debería encarnar al guía de su pueblo, quien debería abrir el mar en dos para dar paso al progreso.

Fueron 18 años de perseguir la ilusión, de sentir el llamado divino, de escuchar dentro de su cabeza la voz de quien desde las alturas lo llamó a liderar, no sólo este país sino a orientar al mundo, abrir nuevos cauces de honestidad.

El progreso económico, el bienestar de la gleba, llegará por añadidura y de la mano del Señor, del que fue uncido por la Gracia Celestial.

Los políticos, esos que con furia de canes rabiosos disputan los cargos de elección, de elección partidaria en la que nada pueden opinar los votantes, buscan perpetuarse, celebran, aplauden, y babean al mirar la maniobra de maniobras:

Magistral, ya no necesitamos comicios. Basta con que el Senado sin tal atribución, decida alargar la gestión de tal o cual funcionario público. Y no hay tribunal constitucional que se le oponga.

Cómo podría ser si Zaldívar está entretenido en el recuento de sus treinta monedas mientras se solaza con la imagen de un México crucificado. Y sus paniaguados, cómplices o colaboradores, disfrutan la decisión del Senado que a varios les alarga la chamba hasta 2029.

¿El futuro? Nada complicado, en dos años más iniciaremos la campaña para convencer a los convencidos, de que para cumplir las ofertas de la Cuarta Transformación, debemos continuar con el gobierno de López Obrador.

Para comenzar, una concesión pública, TV Azteca, emprende ilegalmente una campaña exigiendo la desaparición del INE. Lo logrará y será un triunfo más del pueblo bueno que así lo exige.

No es gratuito, de la permanencia del Peje depende que no llegue algún despistado que pretenda recuperar los 40 millones de pesos defraudados y documentados por Hacienda a cargo de Ricardo Salinas Pliego.

Mis amigos inteligentes, los sesudos analistas políticos ¿no lo ven así? La vida sigue y algo puede cambiar, menos el desprestigio que están acumulando. Quizá, como a Zaldívar, hay doblones de oro para todos. Provecho.

México, que en su nombre lleva la cruz, dijo el poeta.

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