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En tiempos de reflexión, debemos  hacer lo propio y analizar el futuro del país   

Víctor Barrera 

 

“No mentir, no robar, no traicionar” son los preceptos con los cuales el proyecto de la denominada Cuarta Transformación (4T), debe manejarse y los funcionarios públicos que pertenecen a este proyecto, porque aún lo es, deben apegarse a ellos, además de los militantes y simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). 

 

Sin embargo, hasta ahora, estos mandatos han quedado olvidados en el rincón más profundo de la conciencia de los funcionarios públicos y de la gente que milita y simpatiza con Morena 

 

Esto lo traemos a coalición, porque en estos días de reflexión, para la gran mayoría de los seres humanos que habitamos el planeta, deberán ser tomados en cuenta para realizar un análisis profundo y poder calificar la forma en la cual ha actuado el presente gobierno federal. 

 

Este gobierno que desde antes de iniciar su mandato aseguraba que se movería bajo las normas de la ética moral, ha dejado de lado estas normas y las ha flexibilizado para que puedan caber, “algunos errores”, que se han cometido, pero todo a favor del Movimiento de la 4T que pueda sacar adelante a nuestro país. 

 

 La 4T ha enarbolado estos preceptos que en su conjunto componen la corrupción, este cáncer que prometió combatir Andrés Manuel López Obrador y que hasta el momento no ha logrado ni siquiera empezar a disminuirlo. 

 

La llegada al poder de Morena no ha significado ningún avance para el país. Al contrario, muchas de las problemáticas que venía arrastrando México desde hace décadas, se han profundizado y se han convertido en bombas de tiempo. La ingobernabilidad es una de éstas.  

La transformación que dicen representar es una mentira, porque el grupo político del tabasqueño se ha servido con la cuchara grande y ha faltado a la mayoría de sus promesas.  

“Vamos a combatir la corrupción al más alto nivel”. “Vamos a terminar con los privilegios de la clase política”. “Vamos a separar el poder político del económico”. “Vamos a pacificar el país y a regresar el Ejército a sus cuarteles”. Son frases que se ha llevado el viento en México aún persiste la protección a funcionarios corruptos; “pase de charola” y relaciones de beneficio con empresarios del país, y ahora el Ejercito se ha empoderado más, ya no solo cumple con sus obligaciones que le corresponde sino se dedica a construir y administrar bienes de la nación. 

Las mentiras, desatinos y contradicciones son cada vez más frecuentes y AMLO utiliza sus conferencias matutinas para descalificar y cambiar el sentido de los hechos, acusando a los fifís, conservadores  como traidores a la patria, que le impiden  establecer de manera amplia su proyecto de la 4T 

El fracaso en el manejo de la pandemia es otro ejemplo, donde más de 220 mil mexicanos han fallecido por malas decisiones tomadas desde el gobierno federal, la crisis económica no ha sido enfrentada con medidas que impidan los altos niveles de desempleo y pobreza, ocasionando que los niveles de inseguridad se acrecienten. 

Los mexicanos saben que las cosas no están bien, saben que el presidente miente todos los días al decir que la pandemia está domada, la economía en recuperación y que ya no hay masacres. La realidad desnuda al discurso oficial y por ello la aprobación de López Obrador y de su partido continúa a la baja, algo que preocupa más al titular del ejecutivo, que resolver las problemáticas de México. 

“No mentir, no robar, no traicionar”, mandatos de este gobierno son contradictorios a su actuar, un gobierno marcado por las mentiras y la falta de resultados, que se desmorona cada vez más y por ello la búsqueda de excusas y no soluciones.

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