Víctor Barrera
Andrés Manuel López Obrador, dice no tenerles miedo a las mujeres y quizá por ello, ha realizado algunas acciones en contra de ellas, como el quitar el apoyo que habían ganado para que existieran más guarderías y pudieran salir a trabajar y sostener un hogar, porque en muchas ocasiones son el sustento principal o en otras el apoyo del sustento.
También elimino el apoyo sobre los refugios que se habían colocado en diversas regiones del país, para poder dar asilo a las mujeres que sufren violencia de cualquier forma. Además, no ha escuchado durante estos dos años de su administración a las mujeres que han pedido que se realicen verdaderas políticas públicas a favor de ellas y que sean transversales, desde la protección para que las mujeres puedan decidir sobre su propio cuerpo, hacer que los salarios que obtengan sean similares a los de los hombres en este país,
López Obrador ha hecho lo contrario y como colofón ha insistido que la designación de Félix Salgado Macedonio como candidato al gobierno de Guerrero debe ser decidió por la gente del pueblo y en Guerrero lamentablemente las mujeres siguen estando oprimidas socialmente.
Para Andrés Manuel López Obrador la protesta de los colectivos feministas, las objeciones de su familia y colaboradoras, la crítica generalizada de la mayoría de los medios o los señalamientos transnacionales sobre lo que significa el respaldo a su candidato, como Félix Salgado no hacen mella en su creencia política
López Obrador no tiene miedo a las mujeres y dispone colocar vallas metálicas de dos metros de alto, para evitar “provocaciones” y seguramente para no escuchar las consignas que las mujeres dirán a su gobierno, a su persona y a su candidato en Guerrero.
López Obrador sigue descalificando la organización de las mujeres manifestando que en sus movimientos feministas existen “infiltrados” que quieren dañar la imagen presidencial y que estos son enviados por los conservadores y responden a los intereses de sus enemigos.
Lo que sí ve López Obrador es solo un enfrentamiento político que va contra su imagen y por ello al no poder responder con políticas públicas a favor de la dignidad y seguridad de las mujeres lo hace a través respuestas casi pueriles, asegurando que los feminicidios se han disminuido, pero la realidad es otra, las mujeres siguen estando inseguras hasta en sus propios hogares, porque ya no tiene a donde ir, a quien acudir y por ello es que salen a las calles a gritar sus desesperación que se traduce en violencia por la impotencia que surge de no ser escuchadas.
López Obrador no ha cambiado la política machista existente, pese a que se argumenta que se ofrecen oportunidades a las mujeres, pero solo son de puesto y sitio y no de importancia en cuanto a sus apreciaciones a la forma en la que una mujer ve a México y al mundo.
De nada ha servido que López Obrador este rodeado de mujeres, si las decisiones finales las sigue tomando él, no oye opiniones y trata de cualquier forma disfrazar sus decisiones con la frase “por el bien de México”.
A López Obrador le duele más una pinta en los muros de Palacio Nacional, que el sufrimiento de una mujer, le cuesta más caro mandar a limpiar los muros que ofrecer ayuda en guarderías y casas de atención a las mujeres.
Es claro que la política de López Obrador se basa en su forma de pensar, en su imagen, en querer trascender a costa de todo,
Hoy las mujeres conmemoraran el Día Internacional de la Mujer nuevamente en las calles pidiendo y exigiendo que sean respetadas, que se les cuide. Marcharan mostrando su indignación a un supuesto cambio que no llega y que al contrario parece estar más en contras de ellas.
Las mujeres de México gritan y se desesperan por los odios sordos de esta administración que como respuesta a sus peticiones les pone enfrente una muralla como si con eso se olvidaran las vejaciones que reciben todos los días
López Obrador no les tiene miedo a las mujeres, les tiene pavor, porque una mujer organizada puede ser tan poderosa como cualquiera y por ello se encierra tras los muros de Palacio Nacional, para no escuchar y ver, lo que las mujeres quieren decirle.