Socorro Valdez Guerrero
Con anticipación al día de la miel que sale por los poros, que huele a chocolate y bombones: ¿Qué es mejor para una buena relación?
Sea amistad, pareja, familia o vida social, incluso de autoridad o gobierno…¿Silencio para no decir verdades y claridades o falsa diplomacia cargada de mentiras?
¿Quién con calidad moral emite el manual de buenas o malas formas de decir lo que uno piensa sin que se ofendan o quieran callar voces?
¡No sé!
Lo lamentable y poco respetable es quien señala en ausencia y critica por la espalda.
O quién aviente la piedra y esconda la mano.
Nietzsche dice: lucha para no ser absorbido por la tribu y gánate el privilegio de ser tu mismo.
Y sí, alejo lo que ensucia y ofende con disfraz de buenas formas para decir las cosas.
Una enseñanza reporteril es criticar de frente, ¡con verdades!
Y nunca permitir que silencien el pensamiento. Asumir la responsabilidad de lo que hablas y escribes.
¿Por qué?
Porque hay un principio: A toda acción, hay una reacción.
La crítica de frente, tiene para el mediocre, visos de actitud grosera.
La mentira, lo falso, con buena actitud, es ¿Diplomacia?
No, es ¡Hipócrita actitud!
Es falsedad y tolerar cuando se ofende con la mentira.
Comulgo con ese respeto de ida y vuelta.
Con esa tolerancia cuando no tiene el sesgo de conveniencia.
Nunca portaré la máscara de respeto, cuando adulan para ganar.
Cuando se es sumiso para avanzar.
Cuando traicionan para obtener.
Cuando pisotean por anteponer o acusan por justificar.
En ningún terreno valoro la diplomacia mentirosa a la claridad y la verdad, que dicen, los de piel sensible, es hiriente y grosera.
Por eso la verdad está extinta y el respeto o la libertad acotada.
La libertad se ¡Gana! el espacio y ¡El respeto también!
Nunca, a través de ningunear, de imponer, de vender simpatía y abanderar obscuras formas “diplomáticas”.
Simple: No se tolera a quien ni eso merece.
Con la pena. Al menos yo, no concurso ni para “Miss Simpatía” ni para “Miss Cordialidad”.
Y menos para “Miss Relaciones Públicas”, sino para ¡Ser Yo!
Con buenas o malas formas y siempre con verdad, ¡de frente!
Con libre decisión para lo que quiero, y cómo lo quiero.
Para determinar con quién sí, y con quién ¡Nunca!
Es simple reflexión social y pública con eso de temporada de ¡Hagamos el amor!
Por cierto, hasta prefiero el chocolate amargo por sabor.
No gusta el que en su interior lleva cereza, aunque valoro, claro, de acuerdo a quien lo ofrezca.
Y no hablo de amor sólo de pareja, también de relaciones personales en cualquier ámbito, y más, con el ¡Gobierno!
¿Callar? ¿Regular?
Silencie al o los mentirosos, callen al ¡hipócrita! Al ¡Mezquino!
Regulen a esos que dañan con falsas verdades.
