Víctor Barrera
La economía de México podrá alcanzar un crecimiento a partir del segundo semestre de este año, luego de que se cumpla, por lo menos con el 40 por ciento de la población vacunada contra el covid.19, lo que permitiría una apertura mayor de los sectores productivos del país.
Esta noticia sería positiva si existieran las políticas públicas adecuadas para permitir que la población en general pudiera esperar en sus casas el proceso de vacunación y no salir de ellas, sino solamente para lo más indispensable.
Esto es, que existiera un fondo económico para que cada familia mexicana recibiera, por lo menos, los recursos suficientes para poder realizar las compras indispensables de alimentos y pago de servicios durante cada mes y durante el tiempo que perdure este nuevo confinamiento.
Sin embargo, la realidad es contraria a ello. Ayer mismo en la Ciudad de México, vimos la desesperación del sector restaurantero, empresarios y empleados, realizar una manifestación exigiendo la oportunidad de abrir los negocios, que son fuente de empleos para mucha gente, o de lo contrario muchos de estos negocios cerraran sus puertas, lo que incrementara el desempleo en el país, y a muchas familias las arrojaran a los índices de pobreza en el país.
De acuerdo a las expectativas del gobierno federal por parte de la Secretaria de Hacienda, México podría alcanzar para finales de este año un crecimiento de 4.7 por ciento, que significaría la recuperación del 50 por ciento con relación a los resultados económicos de este índice estimado en menos 9 por ciento para el 2020, sin embargo, de no existir las políticas públicas, tendremos que esperar aún más tiempo para esta recuperación.
Es cierto que otro factor importante para alcanzar un crecimiento económico es el mercado de las exportaciones o la inclusión de la manufactura mexicana dentro de las cadenas productivas de Estados Unidos, el socio comercial principal y más importante para México,
Esto podría darse, porque los demócratas en Estados Unidos lograron obtener la mayoría en ambas cámaras del país vecino, lo abre una ventana de oportunidades, el caso es que para acceder a estas oportunidades nuestro país deberá cumplir en su totalidad con los requisitos y demandas de los norteamericanos estipulados en el tratado Comercial T-MEC.
Estas demandas o requisitos es que la competitividad laboral tenga por lo menos una equidad entre ambas naciones, es decir el salario que se paga a un trabajador del país vecino sea similar en México, lo que podría ser un obstáculo en el mediano plazo, si el mercado interno del país no logra repuntar económicamente.
Además se obliga a las empresas mexicanas a permitir que existan los sindicatos necesarios y adecuados para proteger los derechos laborales de los trabajadores, cosa que aún no se cumple por completo, mientras sigan existiendo empresas que impiden la creación de estos órganos de representación laboral o empresas que realizan la contratación outsourcing, que impiden que los trabajadores mexicanos puedan obtener beneficios laborales como seguridad social, acceso a crédito para obtener una casa y algunos otros.
Mientras no se cumplan con medidas económicas adecuadas a apoyar a los mexicanos en el desempleo y a minimizar la pobreza de las familias mexicanas, el crecimiento económico de nuestro país seguirá siendo tardado y lo pero con desigualdad.
Este crecimiento seguirá siendo como anteriormente lo obteníamos, mientras que algunos sectores podrían obtener crecimiento importante, porque logran exportar sus productos o se engancharon en las cadenas productivas de la exportación, otros seguirían mostrando resultados negativos, principalmente todos aquellos que dependen principalmente del mercado interno.
En conclusión, México logrará crecimientos arriba de 4 por ciento, solamente aplicando medidas económicas de protección familiar y el fortalecimiento de su sector secundario para evitar el cierre de empresas.
De no hacerlo y solo esperar que la economía de Estados Unidos arrastre a la mexicana, observaremos crecimientos desiguales, y por consecuencia el incremento de la brecha entre lo que más tienen y los que menos tienen, siendo este segundo sector la mayoría de los mexicanos.
No podemos observar la fuerza que levante al segundo sector sino existe la voluntad política del gobierno federal de aplazar la construcción de sus obras principales o de caprichos como la construcción y remodelación de estadios de béisbol, para aplicar estos recursos a fortalecer la planta productiva del país, al mejoramiento de los salarios y de una mejor calidad de vida, todo esto a través del apoyo al sector secundario para crear los empleos suficientes para los mexicanos.
