Diógenes el Cínico
Jesús Ramos
Quién ponga ofrenda en Fieles Difuntos a los Moreno Valle y encienda un cirio en su honor añorará lo que fueron, lamentará lo que pudieron ser y le embargará la tristeza por la caída del helicóptero, porque con él, se cayó igual su suerte y una época en Puebla que ni para atrás ni para adelante puede compararse.
En segundos se derrumbó el imperio de Martha y Rafa. Han pasado casi dos años y la cimentación del nuevo no termina por lograr la plomada necesaria para glorificar su surgimiento.
La sociedad poblana se acostumbró a los veloces traslapes de los grandes nombres sexenales. A que se fueran probados funcionarios de estado y surgieran nuevas luminarias que hicieran moda, después, el tiempo transcurría hasta cierto punto normal.
Situaciones muy parecidas solían repetirse en la política, personajes emblema del sexenio expirado iban desapareciendo poco a poco hasta ceder totalmente las posiciones a los nuevos talentos de los años venideros.
El último imperio así iluminó las identidades de Cabalán, Aguilar Chedraui, García Almaguer, Maldonado, los Riestra, Almeida, Banck, Eukid, Leal, los Gali y Moya, en un bostezo enviaron al olvido a Marín, Valentín, Zavala, Armenta y otros.
Es el día, finales de octubre del 2020, en que el nombre de Miguel Barbosa se ha sembrado bien en la memoria del poblano, tal vez el de Melitón Lozano, David Méndez y Aréchiga, pero los demás cuesta trabajo asociarlos al nuevo orden de gobierno.
Una cosa es que la opinión pública los identifique y otra muy distinta que destaquen y la gente les conozca.
Biestro supo ganarse un sitio en la política, no con la potencia con que hubiese querido pero se lo ganó, del resto no puede decirse lo mismo, no existen hombres y mujeres insignia de este imperio que hayan avasallado, opacado y fundido a las Genovevas, Osvaldos, Marcelos, Dogers, Jach, Tonys, etcétera, tan es así que ellos y otros siguen citándose como los rockstars de sus años mejores.
Arrastrar del pasado al presente los nombres de Pepe Chedraui, Rivera Santamaría, Marcelo, el Vale y considerar a Cárdenas y Lalo Rivera en vez de un secretario de estado para cosas grandes subraya el fallo.
Claudia Rivera no edificó mejor su pequeño dominio, tampoco pudo destacarle uno o más personajes emblema con los cuales pudiera fintear con golpes mortales o para amenazar a Morena con desfondarlo, Claudia es ella y el resto del ayuntamiento, ninguna figura le despuntó.
El imperio de AMLO pudo darle estatura a Ebrard, Sheinbaum, Monreal, Sánchez Cordero, Durazo, Delgado, decir Gatell ya es un exceso, pero hasta este cuate es bien identificado. En Puebla municipio y estado es distinto. La talla de la clase política dominante se quedó chiquita.
¿Claudia debería claudicar?
El amago a la revocación de mandato, el freno a la obra pública, el asunto de las despensas, sus presuntos vínculos con el morenovallismo empresarial, el escándalo de los ambulantes, el restregado asunto de la inseguridad y lo que se le acumule sólo tendría un propósito: apercollar sus aspiraciones de reelección.
La terrible clasificación entre las peores presidentas municipales del país no tendría que dejar duda de que Claudia Rivera no lo logrará, no digamos ser reelegida, ni siquiera ser nominada. Lo suyo se antoja un punto distante. Sin embargo oídos inquisidores quieren escuchar de voz propia su rendición.
Mario Delgado sería el elemento definitivo en las pretensiones de la alcaldesa, como dicen por aquí, por no haber apostado a él ni existir vínculos entre uno y otro. Lo cierto es que a pesar de ello, no existen indicios de que la mano que ejerce presión contra Claudia relaje el puño.
Forzarla a gritar su claudicación sólo podría propiciar en ella mayor resistencia, no falla, es propio de la condición humana, para un terco, terco y medio.
Cosas que pasan…
Opiniones externas al PAN insisten en que Rivera Pérez sea el candidato por Puebla capital, empujan, se enojan, se abalanzan contra Genoveva, la destrozan por no abanderarlo de una buena vez, le advierten, le regañan que de no hacerlo dividirá al partido, mientras los panistas de afiliación y de cepa, ese tema ni les va ni les viene.
