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Éramos muchos y… la lección de México Libre

En Otro Canal

Armando Reyes Vigueras

Cada proceso electoral nos muestra a varias Asociaciones Política que buscan convertirse en partidos políticos. Algunas lo logran, otras no; unas tienen un paso efímero en el concierto político, en tanto que otros pasan a formar parte de la chiquillada. Lo sucedido con México Libre, pese a los personajes que tiene como principales impulsores, es una lección para muchos, pues muestra que no basta con tener a figuras conocidas para obtener el título que les permita participar en elecciones y obtener financiamiento público.

Y parió la abuela

En distintas elecciones se ha hecho la pregunta de cuantos partidos políticos deberían estar presentes en nuestro escenario político. Es una pregunta que aún no tiene respuesta, pues para algunos con dos son suficientes, en tanto que otros aluden a la complejidad del mosaico que somos como sociedad.
En el actual proceso electoral, solicitaron su registro para convertirse en partido político ante el INE una veintena de organizaciones, de las cuales una lo obtuvo, Encuentro Social, pero la nota fue por las que no obtuvieron el registro, en especial México Libre.
Esta agrupación tiene varias características que conviene revisar. Su origen se ubica en la negativa –haiga sido como haiga sido, diría uno de sus fundadores– a Margarita Zavala para que fuera la candidata del PAN en las elecciones presidenciales de 2018.
Con su renuncia y la de Felipe Calderón, iniciaron los trabajos para formar un nuevo partido, llevándose a parte de la militancia panista a la nueva aventura, por lo que la principal motivación parecía ser darle una candidatura a Margarita y no corregir los males que tantos han denunciado al interior del panismo.
Su ideario también refleja propuestas similares al blanquiazul, como es el caso del rechazo al aborto o la defensa de una economía de mercado, con lo que la nueva opción pasaba a ser un PAN 2.0.
Sin duda, el hecho de que para muchos era el partido de los Calderón reflejaba como era visto el intento de construcción de un nuevo instituto político por parte de un sector de la sociedad: una empresa familiar.
Y no era para menos dadas experiencias que se presentaron en décadas recientes, como es el caso de la familia Riojas y el Partido de la Sociedad Nacionalista, que muchos olvidan compró con prerrogativas oficiales bienes inmuebles de los cuales aún gozan.
Pero en una sociedad con corta memoria y presa de la polarización esto no importaba, sino otro tema que mantiene a buena parte de la ciudadanía en vilo: la necesidad de contar con un líder que haga contrapeso a López Obrador.
Enfrentados desde la campaña electoral de 2006, en la cual el actual presidente elevó la denuncia de fraude electoral a la categoría de base fundacional de su movimiento, los escarceos entre ambos, las acusaciones y las declaraciones han sido parte del espectáculo que a diario nos da la clase política mexicana.
Pero para muchos, Felipe Calderón no es sólo un expresidente que hizo cosas buenas –aunque no mencionen sus errores, que los tuvo– sino alguien que puede repetirle la dosis al tabasqueño, en especial ante la ausencia de líderes visibles en lo que llamamos oposición y que han dejado prácticamente todo el escenario al mandatario que despacha desde Palacio Nacional.
Para muchos ciudadanos, México Libre iba a ser –a menos que el Tribunal Electoral diga otra cosa– la “oposición” al lopezobradorismo, sin importar que se trata de un partido que reproduce mucho de lo que se criticó al panismo en su momento en cuestión de principios y propuestas, y que se mantiene en entredicho por el discurso oficial al describir la actual situación del país como un enfrentamiento entre su movimiento y los conservadores.
Hay quien piensa que es una buena noticia que se le haya negado el registro a dicha organización, pues así la oposición y sus votantes no se fragmentarán y podría surgir el tan anhelado frente opositor –o Bloque, por aquella del BOA–, para arrebatarle la mayoría a Morena en los comicios del año entrante.
Pero hay quien también piensa que es una mala noticia, porque no se tendrá en la carrera electoral a quien podría hacerle sombra a López Obrador.
No hay duda que por la reacción del presidente, con el video que subió en redes sociales, es una buena noticia porque así su odiado adversario no tendrá fuero en el futuro cercano, ni una tribuna desde la cual contestarle.
Pero habría que preguntarnos si el sector de los indecisos, que se muestra como mayoritario en las encuestas que revisan las preferencias electorales de cara al 2021, considerarían a México Libre como una opción, en especial cuando su oferta es similar a la del PAN y su único atributo es ser el partido de los Calderón.
Visto el panorama desde el lente de la polarización, es claro que muchos desean ver a Felipe Calderón en la boleta el año entrante, en tanto que otros lo desean ver, pero en la cárcel.
México Libre puede ser un buen ejemplo de como una coyuntura puede dar origen a un partido o a una simple anécdota en la política mexicana.
@AReyesVigueras

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