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La 4T y el futuro energético del país

Víctor Barrera

De aplicarse lo que López Obrador ordena a algunos órganos reguladores, el futuro del país en el sector energético pudiera retroceder más de cincuenta años, lo que equivaldría a que nuestro desarrollo tecnológico e industrial también lo haga, porque una cosa es cuidar la soberanía energética y otra establecer una empresa estatal energética.

Hace un par de días se dio a conocer un documento, signado el pasado 22 de julio, donde el presidente de la República manifestó a los integrantes de los órganos reguladores del sector energético privilegiar a las empresas del Estado respecto a las demás.

Esto con base en el proyecto de la tan famosa 4T que se ha delineado para que México mantenga segura su soberanía energética, y todo lo que ello implique, y evitar que el capital de inversión privada este sobre los objetivos que el estado establece para el desarrollo de nuestro país.

Debemos recordar que las disposiciones que establece la 4T tienen con el objetivo de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaria de Energía (Sener) se conviertan nuevamente en la base de una empresa estatal monopólica.

Así desde el inicio de esta administración se llevaron a cabo acciones de política pública como la cancelación de las licitaciones, la eliminación de las alianzas estratégicas de Pemex por terceros, la cancelación de las subastas eléctricas, etcétera, que apuntaban a lo mismo.

Todo esto bajo el principio de proteger la soberanía nacional en el sector energético, sin embargo también desato una serie de amparaos y reclamos que llegaron al órgano regulador que es la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) que presento una controversia constitucional en contra de estas medidas y por lo menos respecto a la generación de electricidad fue admitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación la Nación (SCJN).

La resolución de la SCJN fue la suspensión de la política eléctrica establecida por la Sener, en tanto no se resuelva el fondo del asunto.

Esto tiene el trasfondo político de echar para atrás la reforma energética que fue aprobada durante el periodo de la administración de Preña Nieto donde para hacer llegar energía a la industria establecida a lo largo y ancho del país, se les permitió al capital privado invertir para generar electricidad y cobrar por el suministro.

Otra acción de la presente administración, para alcanzar el objetivo de una empresa estatal energética, ha sido el debilitamiento de los órganos reguladores con el objetivo de evitar que estos impidan las modificaciones que necesita la administración lo que de realizarse retrocederemos cerca de cuatro décadas donde le monopolio del estado caminaba lentamente para apoyar el desarrollo industrial del país.

El documento, tiene otro lineamiento, específicamente dirigido a los órganos reguladores, es la consideración de que si la estructura jurídica vigente no admite el fortalecimiento de las empresas públicas, se exploraría la posibilidad de proponer reformas legales o incluso constitucionales que hicieran posible ese objetivo.

En pocas palabras, realizar otra reforma energética a modo de que Pemex, la CFE y la Sener sean los únicos entes productores de energía en el país, a pesar de que Pemex ha demostrado que sus números administrativos siguen siendo rojos, por más capital que se le inyecta, derivado de las arcas públicas, es decir del dinero de todos los mexicanos.

Esto, reitero nos regresará a la generación de energía a través de la quema carbón, como ya lo estableció Manuel Bartlett, lo que significa un elemento de contaminación ambiental, en beneficio de algunos propietarios de minas de carbón, entre ellos un senador de la república, precisamente de Morena.

En el ámbito del mercado internacional, otras naciones han recurrido a la generación de energía a través de nuevas tecnologías y utilizando recursos como el viento, agua y luz solar, esto también ya criticado por las autoridades de esta administración que hasta han osado en señalar que la energía eólica roba el aire al campo y perjudica las tierras de siembra cercanas a las torres eólicas.

De seguir con la aplicación del proyecto energético México tendría también un problema en la venta de sus energías ya que el mercado ahora se rige por energías limpias, no contaminantes.

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