Pepe Alemán
Apenas en el segundo día de semáforo rojo en San Luis Potosí, meseras, bailarinas exóticas, bar tenders y demás trabajadores de centros nocturnos, discotecas, bares y antros salieron a protestar en la capital potosina para exigir les permitan abrir ese tipo de giros y vuelvan a tener ingresos alrededor de dos mil familias.
Con una plataforma móvil con tres bailarinas exóticas y un animador, el contingente de unos cincuenta trabajadores partió de la alameda “Juan Sarabia”, pasó por el jardín de San Juan de Dios para dar vuelta en la avenida Álvaro Obregón y finalmente Venustiano Carranza, para dejar el Centro Histórico y enfilarse hacia la Casa de los Gobernadores, en la colonia Las Lomas.
el vocero del movimiento de bares, antros y discotecas de San Luis Potosí, Jairo Omar Leyva Romero recordó que desde hace un mes han sostenido pláticas con negociadores de la Dirección de Gobernación estatal, pero no han llegado a ningún acuerdo porque sólo les ofrecen una despensa como paliativo.
Incluso, mencionó que inspectores estatales y municipales han intentado extorsionarlos pidiéndoles una cuota para dejarlos trabajar y exigió al gobernador del estado que haya piso parejo para todos durante el semáforo rojo, pues al sector restaurantero le permiten al 30 por ciento y gimnasios al 25 por ciento y durante estos cuatro meses de pandemia muchos bares han permanecido abiertos sin que nadie los moleste, “hay algunos compañeros que han manifestado actos de corrupción por parte del gobierno municipal y el estatal donde les han pedido dinero para trabajar, los casinos están abiertos”, indicó.
Leyva Romero manifestó que están dispuestos a reabrir acatando todas las recomendaciones sanitarias como la sana distancia y los filtros sanitarios, además de que ya presentaron y les fue autorizado su protocolo ante la Comisión Estatal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (Coepris).
Añadió que también ya cumplieron las condiciones que les impusieron hace un mes por lo que si les autorizan reabrir, incluso lo harían con un aforo del 30 por ciento.
“El tema de cabarets es diferente al de bares o antros, ellos trabajan en condiciones normales al 30 por ciento, ya adaptamos las pistas de manera que hay micas que impiden el acercamiento y se confinaron las mesas, incluso las chicas han estado muy asertivas, contacto físico cero”, ultimó.
