Víctor Barrera
Simplista e indolente nuevamente se mostró López Obrador al querer tratar de cambiar la realidad que viven millones de mexicanos en lo que representa la peor crisis de nuestro país en por lo menos los últimos 80 años.
Es cierto que es positivo el hecho de que Emilio Lozoya haya aceptado su extradición., lo que no es un triunfo del gobierno actual, porque Emilio Lozoya fue capturado en Europa por agentes europeos y no fue resultado de la investigación de la policía mexicana, ahora, esperemos que cuando llegue Emilio Lozoya existan los documentos y pruebas suficientes para que cumpla su condena, por los presuntos delitos que cometió y que no salga libre como sucede con estos “peces gordos”.
También la posibilidad de conocer la verdad de la verdad en el caso de Ayotzinapa es positivo, pero no rebasan ambos asuntos la preocupación de los mexicanos
López Obrador no podrá quitar del pensamiento de los mexicanos que muchos de ellos ya han perdido su empleo y otros tantos posiblemente lo perderán en uno o dos meses más, porque hasta el momento, no ha existido un programa de apoyo por parte del gobierno federal para las empresas grandes y medianas que fortalecen la cadenas productivas, porque al cerrar estas empresas las pequeñas no tendrán donde vender sus productos y trabajo.
La pandemia, que es un elementos fundamental para esta crisis no fue atendida de manera adecuada, pese a que existieron tres meses de diferencia entre la aparición del covid – 19 en Asia y Europa con México.
Nuestras autoridades dejaron de lado la prevención de un contagio y ahora expresan, en los espacios que pueden, que esta pandemia fue importada y no originada en el país, algo obvio, pero nuestras inteligentes autoridades apenas lo reconocen.
México se ubica en el quinto lugar a nivel mundial en fallecimientos por el covid- 19 y López Obrador pide a los mexicanos veamos eventos positivos, esto significa que los familiares de los casi 31mil muertos por la pandemia en el país, deberán de olvidarse de ellos y solo expresar que fue una enfermedad importada que nada pudo hacer nuestro gobierno para enfrentarla.
La indolencia de López Obrador y su gente, incluyendo legisladores y por supuesto su gabinete, no le encuentran la cuadratura a una estrategia que debería de aplicar una ayuda económica básica para que las familias mexicanas puedan hacerle frente a una crisis que apenas empieza, que durará lo que resta del año y por lo menos la primera mitad del próximo.
La crisis que rebasará los dos dígitos entre una caída de 10 a 12 por ciento del Producto Interno Bruto, no podrá revertirse de manera rápida si no hay apoyo del gobierno federal para asentar la reestructuración económica, reconstruir las cadenas productivas y fomentar el consumo de las familias.
Otro foco rojo es lo sucedido en Banco del Ahorro Famsa porque su falta de liquidez no fue contenida adecuadamente, y ahora los mexicanos a través del IPAB tendrán que reponer los recursos para pagar a los ahorradores de este banco sus recursos, el foco amarillo es que si este pequeño banco no fue lo suficientemente supervisado, nos preguntamos si los grandes bancos cuentan con supervisión adecuada, todo esto derivado de la austeridad de este gobierno que recortó una tercera parte del personal de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, órgano regulador del sistema bancario y financiero.
Será pues, difícil que los mexicanos olvidemos una crisis que puede tirar a la mayoría legislativa que tiene en la cámara de diputados y se renovara el próximo año y quizá por ello morena y sus aliados buscan con mañanas mantener las mesas directivas en el Senado y en diputados a través de su aliado el PT.
López Obrador empieza a preocupase porque los mexicanos viviremos la crisis en un año electoral vital para López Obrador y su 4T que se ha convertido en una transformación de cuarta.
