Víctor Barrera
La corrupción, mal que es el objetivo a desaparecer, por Andrés Manuel López Obrador, sigue viva dentro del país y lamentablemente se ubica de manera peligrosa dentro de los tres poderes de la nación, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Este mal no acaba mientras que la gente no lo desee erradicar, porque la corrupción al igual que las gripe, muta en varios sentidos que cuando pensamos que ya ha sido eliminada aparece en forma de programas sociales, o gasto necesario para un crecimiento económico.
México a lo largo de su historia ha vivido con este cáncer que se incuba en el ser humano y que se transmite de persona a persona dañando a millones de ellas.
Esta administración no es la excepción, cuando López Obrador señaló que barrería la corrupción como las escaleras de arriba para abajo, resulta que el escalón más alto jamás es tocado y los subsecuentes viven a la sombra del primero, lo que hace casi imposible desaparecer esa mancha llamada corrupción.
Ejemplos de corrupción en sus diversas presentaciones hay muchos pero los que más nos daña son los que perpetran dentro del gobierno federal encubiertos en supuestas acciones buenas pero que terminan siendo más dañinas que un robo a mano armada.
El caso más claro es Pemex que sigue mostrando la ineficiencia e ineptitud de su director general, y escalones más arriba, que insisten en mantener esta empresa paraestatal sin una estrategia efectiva para evitar que se sigan perdiendo los recursos de los mexicanos.
Recordemos que tan solo en el primer trimestre de este año, Pemex presentó una pérdida de más de 562 mil millones de pesos, ocasionada principalmente por la poca venta del petróleo mexicano y pese a ello, se mantiene el objetivo de seguir sacando petróleo aun cuando no se venda.
El mal uso recursos económicos del país, es lo que se denomina corrupción, sin embargo existe el empeño de esta administración de seguir inyectando recursos a empresas y proyectos destinados al fracaso, en el caso de Pemex se tiene planeado inyectarle un total de 1.1 billones de pesos durante este sexenio, para hacer de esta empresa el motor del crecimiento económico, aun cuando seguimos todos los mexicanos resarciendo estos errores.
Otro gran error en el mal uso de recursos es el que presenta la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que con el afán de ser un monopolio, por cuestiones de soberanía, ha quebrantado contratos comerciales que salen más caros que cumplirlos, el intentar hacer de CFE una empresa abastecedora de electricidad para las necesidades internas del país limitará el desarrollo económico por la escases de este energético, además impedirá que inversionistas entren al país para colocar sus empresas, precisamente por falta de energía eléctrica.
El aeropuerto es otro gran error, porque se evitó mantener una inversión multimillonaria, principalmente por que existieron indicios de corrupción y porque el impacto ambiental era demasiado, el resultado de esto fueron pagos costosos por la cancelación del proyecto y ubicarlo en un espacio más reducido y con riesgos de navegación aérea.
Pese a estas malas estrategias en la presente administración no hay indicios de cambios en la Secretaria de energía, Pemex, CFE o SCT.
Contrario a esto, están los proyectos como el Tren Maya que muestra una depredación de la selva existente y que sigue siendo un pulmón ecológico para la península Yucateca, pese a ello se presentó un primer estudio de impacto ambiental que muestra la viabilidad del proyecto pasando por los interés no solo nacionales sino también internacionales en el plano ecológico y sobre las costumbres de los pobladores que ven amenazados sus tradiciones y modo de vivir,
El otro proyecto, la refinería Dos Bocas en Tabasco, demostró que el terreno donde se ubica se inunda con las lluvias por estar cercano a las costas, pese a ello, sigue el proyecto.
Entonces si nos apegamos a una de la definición de corrupción, los proyectos que mantiene esta administración caen en esta, por lo que deberían dejarse de construir, pero como el primer escalón no puede ser barrido, veremos en el corto plazo que los mexicanos seguiremos pagando los errores de estos nuevos funcionarios que otorgan dinero a otras naciones para que salgan de sus problemas, mientras que los mexicanos seguimos en esos mismos problemas.
Esto nos muestra que la definición de corrupción es diferente y su aplicación dependerá siempre desde el cristal que se mire.