Pepe Alemán
Manifestaciones, plantones y templos católicos abiertos aunque con restricciones sanitarias a la feligresía se observó en el primer cuadro de la capital potosina este martes, segundo día de semáforo naranja de la pandemia por el coronavirus Covid-19.
Desde muy temprano, integrantes de la Coordinadora Movimiento Amplio Popular (CMAP) instaló sus estructuras para montar un plantón frente a Palacio de Gobierno, en la Plaza de Armas; la organización pide una audiencia con el gobernador, Juan Manuel Carreras López, para dar salida a un pliego petitorio de necesidades alimentarias y de infraestructura en diversas colonias de la periferia.
A unos cuantos metros de ahí, sobre la plancha de la Plaza De Los Fundadores, otro grupo de colonos y posesionarios de terrenos precaristas también se manifestaron para exigir ayuda ante la angustiante situación de necesidad que padecen por causa del Covid-19.
En primera fila estaban los hombres que, con palas, martillos, cintas métricas, azadones de jardinería, cucharas, planas y otras herramientas de albañilería gritaban ¡Queremos trabajar!”.
Atrás de ellos las mujeres e hijas que con pancartas exigían al gobierno federal y estatal un programa alimentario, pues sus maridos ya no pueden llevar el sustento para la familia; frente al Edificio Central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), fue colocado un enorme letrero en fondo negro y letras blancas con la etiqueta #90DíasSinComidaNiAyuda.
Mientras las protestas se desarrollaban, también en el Centro Histórico templos emblemáticos del catolicismo potosino como la Catedral, la Iglesia de San Francisco, el templo de San Agustín, entre otros abrieron sus puertas a la feligresía. A las entradas fueron instalados filtros sanitarios y, en algunos casos, una persona que advertía que sin cubrebocas no podrían ingresar; adentro, cinta amarilla, tul o tiras de tela fueron usadas para obligar a la sana distancia, pero, al menos este martes muy pocos fieles católicos se dieron cita.