Víctor Barrera
El rebrote existente en Asia y algunas partes de Europa, incluso en Estados Unidos, del covid-19, nos pone a pensar que la recuperación de la economía a nivel mundial tardará más allá de lo esperado.
Esto implica que los países tendrán que aplicar verdaderas estrategias que permitan que sus mercados internos se mantengan fortalecidos para enfrentar esta época que será difícil para sus pobladores.
Si una nación no cuenta con este fortalecimiento, principalmente del auto abasto alimentario, difícilmente se podrán encadenar los otros sectores ante la mortandad de más personas, por consecuencia de una pandemia que no se ha podido erradicar, y la hambruna que dejará el ausentismo en el campo.
México no es la excepción y mientras que nuestras autoridades se aferran a buscar hasta en el último rincón dinero para sostener la construcción de sus obras, Tren Maya, Aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas, y no observar que fortalecer las estructuras económicas fundamentales, como un sistema bancario con liquidez, un sector industrial con competitividad y productividad asociado con cadenas productivas, además de un sector comercial y de servicios que puedan ser activados con ambientes controlados para evitar la propagación de la pandemia, nuestro país seguirá condenado a un resultado del crecimiento económico del menos 7 por ciento o quizá llegar a duplicar las cifra.
De acuerdo a las últimas cifras presentadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la cantidad de empresarios que se han dado de baja superan los 997 mil, siendo principalmente las llamadas medianas y pequeñas empresas que en tan solo dos meses dejaron de estar activas y decidieron cerrar sus puestas para arrojar a 10 millones de mexicanos al desempleo.
Gente de la llamada clase media que estos momentos han dejado de obtener ingresos que están con la esperanza de recobrarlos en el momento que las autoridades sanitarias y federales indiquen, pero esto tendrá que esperar por lo menos otros cuatro o cinco meses más debido principalmente a las temporadas que estamos empezando a vivir, un verano con lluvias, un otoño de vientos fríos y un invierno gélido, lo que son ambientes propicios para mantener vivo el covid-19, de acuerdo a las autoridades sanitarias.
En México, si se mantiene la inhibición y la destrucción de un sistema neoliberal para la construcción de un Estado, motor de la economía y facilitador de empleo, no permitirá que la economía mexicana tenga un repunto incluyente, es decir, mientras exista la obstinación de desaparecer un sistema económico que es enemigo de la población y se pretenda establecer un nuevo sistema, pero se siga apostando al sistema liberal, el T-MEC, como la salvación para la recuperación económica, la toma de decisiones para levantar el rumbo económico será más difícil.
En México no existe la claridad en cuanto al papel del Estado, mientras algunos siguen bajo la línea de aplicar políticas más populistas, para apoyar a los que menos tienen, dejando descubiertos a los sectores productivos y otra parte de la población mantenga la idea del fortalecimiento de las estructuras económicas, no podremos llegar a buen puerto.
Lo que si podemos entender que es más difícil construir que destruir, y que lo segundo deja más daños que beneficios.
México necesita promover un mecanismo de solidaridad para evitar que en poco tiempo la mayoría de la población sufra por hambruna, ya sea por la falta de ingresos para comprar los víveres o por la escasez de producción, necesitamos dejar de lado las ideologías políticas y permitir que se lleve a cabo un movimiento solidario donde participen todos para alcanzar soluciones prontas y poder enfrentar los duros meses que se nos presentan.
Reiteramos, México debe dejar de tratar de destruir una clase, que pareciera el enemigo acérrimos de la mayoría de la población para apoyar a los que menos tienen, dejando a una clase media, que es el principal motor de la economía mexicana, en la indefensión porque no entra en las clasificaciones de conservadores o progresistas, pero que lamentablemente reciente más la pérdida del empleo e ingresos.
La lucha en contra de la corrupción y la impunidad es y deberá seguir siendo el objetivo de una sociedad moderna, pero en estos tiempos donde la pandemia nos muestra que no importan las clases sociales para sucumbir ante ella, es importante establecer medidas de fortalecimiento estructural para recuperar la felicidad de millones de mexicanos que muestran desencanto ante una realidad que se presenta gris cada día.